EMILIE COLLYER

EMILIE COLLYER

 

 

ÉPOCA DORADA

 

Lucen tan afilados los cuatro hermanos. Podrías cortarte el dedo
en los pliegues de aquellos puños.
Cuatro chicos, ¿te imaginas?, que la adoración de mamá, el severo papá…
Al menos eso me han hecho creer.
Esta no es una fotografía sonriente, sólo una de ellas -la más joven-
¡Miren a la cámara! Y el tiempo se les agotó. Eran los años 70.  
Parecen extras de una película de Hitchcock. Mira esas manos
de artista, los dedos largos. Él sostiene al bebé, es la fotografía del bautizo.
¿Qué fue de ellos?, ¿acaso importa? Y si hubo fallas, ¿debo enumerarlas?
Acaso las sombras que cayeron, los resentimientos
que magullaron a los hombres solemnes de caras largas
a través de los ojos de un niño. 
Hablemos, en cambio, de los frascos de ciruelas en escabeche en la bodega,
y los laberínticos senderos del jardín que ocultan árboles nudosos,
las cuerdas que se balancean sobre una presa vacía. 
Qué decir sobre el silencio de la gruesa alfombra,
la plata pulida que relucía con el crujido y el golpe de la puerta de alambre.
Mejor no, no hablemos en absoluto, tan sólo mira la fotografía.
Cuatro hermanos en el sofá, con el cabello peinado y las extremidades fornidas.
¿Es por el sol, el viejo filtro Kodak o es mi imaginación?
¿Qué piensas?, ¿no es dorada esa luz?

 

SIENDO BUENA

 

La gente decía: “Pero eres hermosa tal como eres”.
Miles de ojos se posaron sobre ti. Colonizada.
Tu piel no se volvería traslúcida.
Tu carne se mantuvo empujando el aire.
Dentro de ti, aprendiste a labrar espacios. La mano de Potter
dio forma a la arcilla. Sientes las perforaciones entre los huesos.
Ligereza. Un alivio después de tantos ojos, de tantas palabras
sobre tu cuerpo. Eras buena en tantas cosas.
Muñecas. Lectura. Barras. Pastelitos.
Recuerdas la fragancia de tu piel antes
de hacerte sentir enferma.
“¿Por qué haces esto?”, preguntan.
Solías hacerlos feliz cuando eras buena.
Ahora, parecen asustados. Pero sabes el significado de esta hazaña:
La del anfitrión que mata a los parásitos no deseados.

 

 

INTERSTICIO


Esta niña no creció en mí, pero encuentra
un lugar bajo mi piel cada vez que se va
y me descubro un poco más deformada.
Mi cuerpo recuerda este anhelo por hallar
consuelo en el pasado, me arroja contra
la persona equivocada; por la noche
me aferro al sudor, a la espalda, al vientre
que se difuminan con el café mañanero,
el rímel corrido, las excusas murmuradas.
Las primeras horas son tranquilas, pero
algo me preocupa; mantengo los ojos muy
abiertos en la oscuridad ¿Es dolor?
Evoco lo que esta carne no ha podido
hacer -ahora más gruesa, menos flotante-
y ya nada lo recupera tan fácil como solía. 
Algunas palabras me dejan perpleja
bebé, madre, amante; anhelo su variopinta
intimidad. Todavía no logro nombrar este
deslizamiento tras las costillas: elijo
la sensación. Peleábamos cuando ella partía,
forcejeábamos en el reflujo de su ausencia.
Con el tiempo, aprendimos a ser amables,
a cuidar la distancia entre nosotros.

 


EMILIE COLLYER: escritora de poesía, prosa y obras de teatro australiana. Vive en el oeste de Melbourne, en la tierra de Wurundjeri. Su poemario Do you have anything less domestic? (Vagabond Press 2022) ganó el premio inaugural Five Islands por primer libro.  Sus escritos se han publicado en The Blue Nib (Irlanda), The Ekphrastic Review (EE. UU.), Rabbit, TEXT, Imagined Theaters, Australian Poetry Journal, Plumwood Mountain, Cordite, Overland, The Lifted Brow y, más recientemente, en Griffith Review, The Suburban Review, Overland y Pratik: Fire and Rain. Su trabajo está enfocado en la intersección de lo personal, lo existencial y lo sociopolítico, y está interesada en entablar conversaciones en numerosas formas.  Recibió, en 2020, la beca Varuna Publishing con Giramondo Publishing. Sus obras más recientes son Contest, Dream Home y The Good Girl, y se han producido en Nueva York, Hollywood y Florida. Actualmente, está bajo comisión con Red Stitch Theatre Company. Obras como Dream Home, Contest y The Good Girl han sido premiadas y nominadas para múltiples premios, incluido el Premio Internacional de Dramaturgia Theatre503 (Londres), el Premio Drama Premier de Queensland, los Premios Green Room, George Fairfax, Patrick White y Malcolm Robertson. Trabaja como dramaturga y consultora de textos. Tiene una maestría en escritura para la interpretación de VCA y, en 2020, comenzó un doctorado en escritura creativa en RMIT, donde está investigando los matices, las hazañas, los problemas y la poética de la práctica de la escritura feminista contemporánea. 

Website: www.emiliecollyer.com 

Twitter: https://twitter.com/EmilieCollyer 

Instagram: https://www.instagram.com/emiliecollyer/ 

 

SOBRE LA TRADUCTORA DE ESTA COLUMNA: 

MARÍA DEL CASTILLO SUCERQUIA (BARRANQUILLA, COLOMBIA - 1997): Poeta, traductora (francés, inglés, italiano y griego), agente literaria, terapeuta en medicina oriental (Escuela Neijing, España). Aprendió idiomas en la Universidad del Atlántico. Estudiante de idioma hebreo. Ganadora del premio de poesía Naji Naaman, categoría Creativity prize, (Líbano, 2022); del premio “Un poema para Meira Delmar – 2022 (Biblioteca Meira Delmar, Barranquilla, Colombia); del premio Golden Heart, que otorga la Fundación Internacional Rahim Karim Karimov (Rusia – Kirguistán, 2022), en reconocimiento a su obra literaria y de traducción; del primer puesto del VII premio Mesa de Jóvenes “Jorge García Usta” (Festival Internacional PoemaRío – Biblioteca Piloto del Caribe) con su libro “El tren silenciado”; del segundo puesto del certamen de poesía Paz en Femenino, 2023, Universidad del Magdalena, entre otros reconocimientos. Sus poemas han sido traducidos al chino, inglés, canarés, bengalí, polaco, entre otros, y publicados en antologías y medios digitales e impresos nacionales e internacionales. Directora de la revista Read Carpet Colombia. Curadora y traductora de revistas literarias y medios nacionales e internacionales. Ha traducido textos de más de 90 autores alrededor del mundo.