EL TIEMPO YA FUE: TAN DE PRONTO MAÑANA DE CARLOS SÁNCHEZ RAMÍREZ “EMIR”
Por: Yordan Arroyo [1]
Tan de pronto, tan de mañana (2021) del poeta mexicano Carlos Sánchez Ramírez “Emir”, nacido en 1998 y con sus primeros pasos en el mundo literario, es un poemario pequeño, que absorbe mucha de la tradición española y mexicana (la enorme tradición del haiku en México no es la excepción), y con poemas sencillos y de fácil acceso para su lector, según lo iremos comprobando. En la primera parte, “Reloj de cuarzo”, el autor se introduce en la faceta de los haikus, así lo comprueba el siguiente texto:
Muerte de un pájaro
Queda decir:
un árbol ha perdido
su mejor fruto.
En este caso, Sánchez no sigue la estructura tradicional de 5, 7 y 5, sino 4, 7 y 5 pues parece ser consciente de que las normas se pueden romper, siempre y cuando no sobrepase, en la medida de lo posible, las 23 moras. No obstante, en otros poemas sí sigue la estructura tradicional y de igual manera, en otros como en “Colibrí” las sigue rompiendo, aunque en este caso, mediante una estructura métrica 5, 7, 4. Del poema citado cabe mencionar la lectura de fondo que notamos en él. Los tres versos unidos conducen al significado a través del título del poema, pues el mejor fruto que pierde un árbol, a veces no es una manzana ni una naranja, sino un pájaro cuando muere. No debemos olvidar que los pájaros no sólo encuentran su casa en los árboles sino que allí dan vida a otros pájaros y los alimentos en los nidos.
Desde este punto de vista y en línea con la esencia ecológica o ecocrítica que conservan una importante cantidad de haikus actuales, un pájaro puede concebirse como un órgano que al desmembrarse de un cuerpo ya no vuelve a ser igual, asunto ligado con el tiempo, línea temática del libro, en donde aparecen temas como la madurez, lo efímero, las despedidas, las ausencias, la belleza, la extrañeza (de días que fueron y ya no son), la armonía o la danza para sobrevivir al cambio, la nostalgia, la soledad y la esperanza de pescar un “astro diurno” en un lago.
En la segunda parte, “Reloj de arena”, el autor apuesta por un estilo de algunos versos más extensos (en su mayoría, pues “Primera cana”[2] puede considerarse excepción), pero manteniendo el lirismo de sus versos y la temática del tiempo, así lo comprueba desde el primer poema “Puerta” símbolo de la entrada de algo nuevo y con ello la partida de algo que ya fue, quizás el cambio de la niñez a la adultez o en términos poéticos y utilizando el epígrafe de Octavio Paz al que Ramírez recurre: decir adiós a este pequeño mundo, pues quizás las cosas crecen con el paso del tiempo: los monstruos, las preocupaciones, he incluso los poemas, que aquí pasaron de ser haikus a versos más extensos, pero igual de sencilla comprensión, porque ahonda en lo humano, entre ello, lo que implica un mudanza y no necesariamente de una casa, sino el paso de una herida abierta a una cicatriz o el recuerdo de una canción olvidada para que el peso de las partidas o de las ruinas que van y vienen duelan menos.
En la tercera y última parte, “Reloj de sol”, el autor cambia su estilo por uno más narrativo y por eso se acomoda mejor al formato en prosa o en “La grandeza del charco”, mixto, de la mano con la tradición de documentación periodística, en este caso, referente a las inundaciones en la Ciudad de México y el caos que esto provocó en 2018, así como el caos que el poeta vive, consciente de una época convulsa, siglo XXI, en la cual le tocó nacer y seguir escribiendo sus versos como una manera de sobrevivir y de gritar con la garganta del papel: los tiempos mejores ya fueron.
Las autoridades reportan, al menos,
8 inundaciones,
11 encharcamientos,
3 bajadas de agua
y afectaciones a la vialidad
en la CDMX.
Decir que las hileras del agua escurren inadvertidas debajo de las puertas, cual
serpientes, no basta. Es necesario decir: hay bisontes azules golpeando, una y otra vez, los
muros; decir: nacen heridas hú- medas en lugares inhóspitos de nuestras casas. Las lluvias
perdurables anidan ya sólo en mitos. Pero, de pronto, toda coladera es una fuente.
El horizonte azul nos invade como en aquel tiempo
donde ofrecíamos los corazones a dioses generosos,
donde la corrupción en un juego de pelota
todavía era impensable.
BIBLIOGRAFÍA
Sánchez Ramírez, C. (2021). Tan de pronto mañana. Sangre Ediciones y Editores de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
NOTAS
[1] Poeta e investigador costarricense. Máster en “Textos de la Antigüedad Clásica y su Pervivencia” de la Universidad de Salamanca, misma casa en donde es investigador predoctoral. Además, es estudiante avanzado de la maestría en “Enseñanza del Castellano y Literatura” de la Universidad de Costa Rica, mismo sitio donde también ha cursado estudios en Filología Clásica y en Educación Primaria. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
[2] En este poema, la aparición de una cana representa un paso más hacia la muerte.