05 EUGENIA STRACCALI | AJKÖ KI No 1

05 EUGENIA STRACCALI | AJKÖ KI No 1

 

 
¿Hay alguien ahí dentro? Tan sólo cabecea si puedes oírme..
¿Hay alguien en casa?
Vení ... ahora Oí que te has estado sintiendo mal.
puedo calmar tu dolor
 
En medio del océano
 
 
Pero no resulta tan fácil librarse del alma
Mujer que corresponde,
en la esfera antropológica,
al principio pasivo de la naturaleza.
Sirena, lamia o ser monstruoso que encanta o divierte
y alejada de la evolución como madre,
Magna Mater informe de las aguas y del inconsciente; doncella desconocida,
¿amada?
símbolo de la libido lujuriosa
(impulsiva, afectiva, intelectual y amoral)
Animal mujer-cisne
mujer de pie de cabra, como imagen del ánima
¿es superior al hombre mismo por ser el reflejo
de la parte superior y más pura de éste?
Instintiva y sentimental,
tentadora que arrastra hacia abajo, coincidente con el signo alquímico del principio volátil,
esto es,
de todo lo transitorio, lo inconsistente,
infiel y enmascarado.
 
Estuvimos ahí desde la génesis de todas las cosas,
la tierra se fermentó
y aparecieron membranas
una neblina ocupó el aire adentro la luz
alimentó la noche.
Nacimos como seres híbridos directamente del suelo.
Brotaron primero:
ojos sin cabeza cabezas sin cuernos
luego plumas y escamas diseminadas entre el musgo mujer arriba
pez abajo.
Las sirenas no hablamos cabalgamos en la superficie del mar somos yeguas ensimismadas           con el horizonte y la frontera imposible
(no te asustes, ya me alejé del todo como me pediste)
 
es tan difícil exiliarse de vos           tan difícil ahora habitamos lo intemporal de los muertos
lanzados a vivir lo cotidiano, las herrumbres de sus cadenas.
 
nuestro amor tiene que atravesar el derrumbamiento para no quedar inerte
 
No te escondas en el fondo del navío
ni te alarmes por lo que pueda sucederte claro que no hay garantías
es pathós primitivo fuerza abisal:
sirena-caballo.
 
En la “noche de los tiempos” mujeres que caen
caídas en caída
porque lo femenino es singular.
El amor
es suplencia a ese otro goce que ella puede evocar
se encuentra más allá del hombre, más allá del mar.
 
Goce femenino, de sirena blanca,
se lee la frecuencia de su voz en el poema.
 
Un hombre como Ulises
no pudo hablar de lo indecible de las mujeres acuáticas.
 
Lo llamamos país secreto (secret land) ese goce Otro solo se bordea
por la poesía y la gracia de la imagen poética.
 
Territorio insondable para el hombre, y que la mujer “visita sin ser vista”.
País al que ella accede           “cerrando los ojos” que la lleva de la mano
del furor hasta lo imposible
y no quiere preguntarse por qué ese goce no es inofensivo
no es romántico.
Muy al contrario, un verso se cierra con la inquietante afirmación
de que solo la muerte le dará al hombre
un lugar en ese Otro goce que finalmente, se encarna
en la promesa de un más allá. Mientras, sin embargo, queda el amor.
(En ¿Por qué no hablan las sirenas? 2019)
 

 
  1. Yo quiero no ser
           
De niña, de noche, mis lágrimas inundaban el mundo.
 
 
I.
 
No es una palabra amor
no hay muerte aquí tampoco
para oír primero hay que callar
de dónde proviene el perfume a rosas
de la entrada a lo salvaje
 
no es de la Virgen
la santidad se pierde tempranamente
nadie lo advierte
todo cuento de hadas está escrito para adultos
verdaderos monstruos de hierro.
 
Al pasar la frontera
voy hacia el animal
me rindo a él
el animal come de mi carne.
 
 
 
II
 
Es peligroso el silencio de una bruja
más que sus invocaciones a los demonios
cuando el llanto se esconde
para no molestar al padre
estalla la piel
los ojos se derraman
la boca muda se hace cráter en su encierro
en la casa de la que vengo
hay una alfombra de cenizas
andando sin patria
andando con la tristeza de una loba.
 
El animal observa mi desnudez
insistente y sin piedad
sos el animal en mí
vidente ciega lúcida
 
  Oscura casa: otra vez regreso a tu lado,
a esta larga calle inhóspita,
puertas donde mi corazón se habituó
a temblar esperando una mano, (H.Tennyson)
 
 
III.
 
Extirpé el María de mi nombre,
mi cuerpo, mi cama, mi crucifijo, mis ovarios completos,
mis botitas ortopédicas, mis vestidos de broderie,
mis dientes de leche, mis muñecas rígidas,
de mi vulva, de las estampitas doradas,
de los gusanitos de seda en las hojas del naranjo.
 
Estoy caída de la lengua
puedo vocalizar letras y sílabas
es otro mi nombre ahora.
 
Abierta a los sentidos
no es mía la garganta
me arrancaron las amígdalas
encallada
me perforarme el tímpano
esa madrugada de invierno
(hice un pacto autobiográfico con el demonio)
 
 
IV.
 
No soy la elegida por Dios,
San la Muerte
fascinada por la mártir de la gruta
mastiqué las hostias con las muelas de juicio.
 
No soy excelsa
tengo una paz intermitente
la armonía me anestesia la cabeza
mujer esqueleto guadaña
voz graznido poema
 
los pájaros tienen el canto
trino cadencia rota (C.Gourinski)
pertenecen al aire
sonido puro
insustancial
mi voz es la expresión y la memoria
de la muerte animal.
 
María se deja servir
aceptando las vejaciones del hombre
como justicia divina
infinitas son las controversias
cuando aparece el amor por Satán.
 
Ya no hay nada de ella en mí
San la Muerte
enciendo una vela negra
breve historia de las sombra,
de una bruja falena.
 
La memoria del útero
es reminiscencia del vacío
madre perdida en mi placenta.
 
Soy bruja
corrientes turbias de la infancia
el tiempo se funde en el pantano
quiero convertirme en agua
limbo del océano
secreto resplandor.
 
 
V.
 
Si pudiera suscitarte el amor
cuerpo cristalino
astral
apolillado.
 
Permanezco
en la orilla, la piedra, el animal
adentro de esta noche desesperada
afuera
se extiende el vaho de niebla sobre la tierra
adentro también
separarse de la especie por algo superior
no es soberbia, es amor.
 
Si un hombre no puede sentir
quedó en la primera herida
flor de olvido
mandrágora que crece
entre las ramas
y el cuello del ahorcado.
 
 
VI.
 
Frescura apacible de violetas,
azahar, lavanda y mimosa
soy una mujer temblando
cuando hablo de mis sueños
me escuchás silencioso
sin comprender mi fisura.
 
El alma espera espera espera
siglos repetidos
encerrada adentro
el cuerpo también espera
que tus ojos se vuelvan blancos.
 
 
VI.
 
Para una mujer el llamado de la madre
está fuera del ritmo del ciclo de la especie
perturba la palabra
se vuelve alucinatorio,
de voces, de locura
el yo se pierde, zozobra
trance ambulatorio de una bruja
envoltura frágil
amor que anuda
esa niña dejó ilusionada
diminutas migas de pan
en el sendero del bosque umbroso
durmió sobre lápidas
los fósiles brillaban como estrellas
no tuvo miedo
los muertos percibieron su respiración
regresan sus ancestros
ella los ve
los escucha
no les teme
es el principio
resurrección
los demonios la profanan
ella nace con el cielo en llamas
no hay ninguna tumba para María.
 
 
VII.
 
Las acacias están por extinguirse
-dijo una voz sin origen
 
la madre la acechó como una lava negra
sacrificio del brillo
ahora me convierto en mí.
 
 
VIII.
 
Soy bruja
sueltas las amarras del yo
sílaba acento poema negro
la vida misma deja de sostenerse
la muerte se instala suavemente
la poesía
ardida
errante
sobre cráneos
camino sobre la tierra escarpada
 
sola
es el único campo de batalla
el mar ha desaparecido,
 

 
Revelaciones
 
 
Dicen que despreocupada
no quiero mi salvación
es verdad
abandonada a los demonios, íncubos y súcubos,
a los encantamientos, hechizos, conjuraciones
a otros execrables embrujos y artificios,
he sufrido horrendas ofensas
 
escribir
alquimizar el dolor
queda la letra al descubierto
sin embargo llevo un ramo de lilas en los brazos
canta una alondra en mis oídos.
 
Dicen que he matado niños
dentro de los vientres de sus madres
ellas no querían tenerlos
no madres-niñas-madre-niña-no
 
Dicen
que soy el hambre del dragón
difícil de saciar
también que desangré a las crías de los ganados
arruiné los productos de la tierra,
enfermé a hombres, mujeres, animales de carga y de otras clases
apesté rebaños, viñedos, huertos,
praderas, campos de pastoreo,
trigo, cebada y otros cereales
dicen
que contaminé a los muchachos buenos,
a tiernas adolescentes,
con terribles dolores y penosas dolencias,
que  impido a los machos realizar el acto sexual
a las hembras concebir,
los esposos no pueden preñar a sus mujeres,
ni éstas recibir a aquéllos
con sus vulvas sanas.
 
Dicen
que en forma blasfema por mi culpa
los matrimonios renuncian a la fe del sacramento
no hay bautismo.
 
Soy bruja
rompo familias
instigo al crimen
las mujeres no se resguardan de cometer
las más espantosas abominaciones
los más asquerosos excesos,
con peligro moral para su alma,
dicen por supuesto que las brujas causamos
de las más tremendas depravaciones heréticas.
Dicen
que aparezco cuando el bosque congela su floresta
tormenta de nieve que acosa
ya huele a jazmín el aire en las habitaciones
un perfume virginal inunda los establos
los hombres viciosos
se dejan arrastrar por sus bajos instintos
acaban por perder su naturaleza humana.
 
¿La única salvación es volver a la madre,
que redime los pecados con pureza?
 
Cuidado con mi lengua y sus venenos.
 
Solo en el silencio la palabra,
solo en la oscuridad la luz,
solo en la muerte abro los ojos,
el vuelo del halcón brilla en el cielo vacío
 
Dicen
que la belleza de la bruja atraviesa los cristales.
 

 


CURADURÍA: SEAN SALAS (COSTA RICA)

Eugenia Straccali:

(La Plata-Argentina, 28 de noviembre de 1970). Poeta, actriz, dramaturga y crítica de poesía. Docente e investigadora de UNLP (Argentina). Ha publicado Ninfas (no musas) (Buenos Aires Poetry 2017); El alfabeto de los árboles (Ediciones en Danza, 2018); ¿Por qué no hablan las sirenas?, (Prueba de Galera editoras 2019); Para escuchar la música del poema, Buenos Aires Poetry, 2019). Soy bruja (Ediciones en Danza, 2020). Medusa (Vuelo de Quimera editora, 2021) Es coordinadora del Atlas de la poesía argentina I (EdULP, 2017) y del Atlas de la poesía argentina II (EdULP, 2019). Coordinadora de la Antología de la Poesía Federal de la Pcia de Buenos Aires (2019).