03 SEVERIANO FERNÁNDEZ TORRES | AKJÖ KI No 1

03 SEVERIANO FERNÁNDEZ TORRES | AKJÖ KI No 1

 
El canto milenario del Awá
 
El Awá nuestro guía espiritual quien en cuanto cae el manto negro y oscuro sale a cantar, sacude la garganta y canta a las flores, plantas, animales el aire que nos rodea más los astros del universo. Cita el Clan llama a Sibö. Con ese color de las flores escribe y aprecia con palabras esa es la voz de los ancestros.
El “Siwá”, canto sacro, especial para la comunicación Con el universo y con las energías de todos los elementos existentes en la tierra. Esa voz que yace a plenitud en cada canto sacro.
Ahuyentando a las energías negativas, Y la venida de los buenos augurios. Y con el susurro del viento que exhala de su boca sopla suavemente las piedras mágicas.
Para conocer los que han de vivir y ser.
Es el Awá, nuestro médico y guía espiritual que nos defendió
y nos orientó por cientos de años ante las adversidades que nadie entiende solo el que lo vive lo siente y lo respeta.
Es una voz invisibilizado que brilla a plenitud en nuestros hígados y corazones, escondido allá detrás del viejo árbol de zapatero, del espabel y del Guachipelín.
La fuerza de ese canto nos sigue protegiendo ante todas las energías negativas.
El analfabeto desconocido que no entiende nada, pero es un sabio por excelencia en nuestras comunidades.
Por eso nosotros los Ditsö seguimos existiendo en medio de la diversidad e interculturalidad.
 
Esa voz expresa un manantial de energía sobre nosotros, fortaleciendo nuestra alma y nuestro ser a plenitud. La vida es bella único tesoro que sólo Sibö nos dió y en un momento especial tiene que esfumarse libremente, a Sulá Kaska, según la Ley Natural de la Madre Naturaleza
 

 
El discurso del ocaso
 
Suelo escuchar las voces milenarias de mis montañas, de mis árboles y ríos. Sólo les quiero recordar. “Que tus antepasados, hombres como tú, me miraron, me amaron tiernamente, y elevaron canciones sacras a Sibö, alabando nuestra exuberante hermosura.
 
Más transcurridos los años, nos fuiste olvidando. Nos destrozas con instrumentos de gran sofisticación.
 
De ti, se apoderó la codicia, el metal. Me trocaste por baratijas, destrozas la habitación y el comedor de los animales. Centenares de especies han huido y otros han muerto.
 
Callas el fino trinar de las aves, el croar de las ranas multicolores…, en otrora sus conciertos inconclusos deleitaban nuestros oídos.
 
De todo ellos, solo recuerdos quedan. La culpa es tuya y de tus sustancias químicas.
 
Somos tus amigos, somos tus hermanos, mucho te hemos dado y te podremos dar más.
 
Te invitamos a razonar, en cada una de tus acciones…“¡mira, piensa y observa con delicadeza las hermosas criaturas que te rodean y el aire fresco que respiras!”.
 
Podemos vivir por mucho tiempo... todo depende de ti... Si nos destruyes, te destruirás conmigo.
 
 
Contaminas el aire, ¡Asfixiándote sólo sin auxilio de nadie! Contaminas el agua, erosionas y desgastas tu propio organismo. Talas árboles en forma irracional... y nunca sueñas en sembrar.
 
¿Quién te purificará el aire, saturado con desechos de tu propia tecnología?
 
Por todo lado construyes edificios sobre tierras fértiles de tus abuelos y abuelas. Tus memorias y tus historias quedarán incrustadas en esas paredes de los edificios sin retorno.
 
Así termina la vida, mutilada por tu propia conciencia. La historia de este holocausto es la herencia de tus hijos e hijas, nada más.
 
Aun así los Bribris y Cabécares siguen cantando y danzando a la Madre Tierra incrustada día a día en la espiritualidad, en nuestra cosmovisión, sumida en la biodiversidad de nuestra madre tierra. Porque los hombres de otras culturas se desesperan y se sumergen en el materialismo.
 
Así es nuestra historia, que es también su propia historia.
 

 
Poema del Jaguar

Saqueado su templo hermanito del bosque por las sapientes, una triste realidad, te han corrido, te han cortado tus talones. Igual suerte corre el tapir, águila arpía, el jabalí, la tortuga y un sin fín de otros hermanitos como los crustáceos y bípedos.

Han escrito con crueldad tu existencia, derraman tu sangre día con día para obtener el dinero por tu apreciada y maravillosa piel, no se cansan de saciar sus avaricias, la sed destruyéndolo todo. No hay capacidad para apreciar el arte de tu cuerpo, la arquitectura y el color de tu piel, brilla tu negra tez en el silencio. Pero allí estás, mi hermano jaguar un día la Madre Naturaleza te pintó con la luz del alba hasta el atardecer, cubriéndote con el halo y el manto negro de la noche...

Te han mutilado su existencia, porque los hombres han asaltado y destruido tu hogar, tu comida, su montaña, han debilitado tus garras, tus ojos miran con dolor y angustia su desaparición.

A pesar de lo rapaces que son los hombres, sigues lamiendo tus heridas, tu lucha por existir allá en la sombra a la orilla de un río, que también está sollozando en medio de las piedras. 
 
Los bosques que cobijaban las cuencas y nacientes ya fueron sacrificados, escóndete en una hermosa cueva que sólo tú conoces, para mitigar el frío de la noche y el calor sofocante que nos abraza durante el día...

Mi jaguar destruido…¡te quemaron tu hogar y mataron tus hijos!.

Llénate de coraje, mira con tus grandes ojos, exhala el aire a bocanadas camina con tus pasos sigilosos. Destruyeron tu selva, cortaron las venas donde mana las gotas de rocío que alimenta a los ríos, tu poca comida ya fue arrasada por los hombres y por el fuego.

¿Dónde están tus amigos? sólo están tus enemigos, enamorados con tu hermosa y maravillosa piel que solo la Madre Naturaleza sabia pudo esculpir a plenitud, sólo al que ama el arte le revolotean la retina y el disfrute de tu piel encantadora por excelencia.

Por fin el hombre quedará sólo, sin arte natural, sin hermanos del bosque, no escucharán más tus rugidos, no temerán tu poder tenebroso.


Poco a poco nos exterminamos todo, mire y piense el valor de cada una de las criaturas y las especies maravillosas, cada uno de ellos se nos van de este escenario gracias a nuestros actos sin límite y sin control.

Viva mi jaguar, vivirás allá en el cerro Kuasrán en Boruca, en el cerro del Sulayöm y el Sulayibí, en las montañas de Talamanca su tierra natal, sitios de historias, saberes, narraciones sagradas de los bribris y cabécares, aquí te queremos para que nos acompañe bajo la sombra de los frondosos árboles de almendros y robles donde se escucha el silencioso susurro de las aguas que se deslizan por las cuencas del cohén, lari, telire, urén y el yorkín, se escucha los vientos que pasa suavemente acariciando los follajes de los árboles, se oyen a placer los dulce cantos de las aves, las ranas y el grito fantasmagórico del búho allá en el árbol del zapatero.
 
Vivirás hermano jaguar siempre en el corazón y en aquella alma de los seres que aprecia y valora tu existencia y el que todavía te respeta te entiende y te quiere. No dejemos morir al hermanito del bosque.

“¡El Jaguar vivirá si lo amamos!”.
 
La Madre Naturaleza Mana Vida
 
La vida fluye directamente de la Madre Tierra. El buen alimento cuya savia surge de la tiera.
 
La energía más nutritiva y deliciosa es fruto de los encantos de nuestra
Madre Tierra.
 
De allí nace nuestro idioma que nutre y enriquece la mente.
 
El idioma oral nace por la cantidad de los elementos existentes que
embellecen nuestro alrededor y es la fuente sonora de la mente.
 
El idioma por lo tanto forma parte del gran universo de una cultura
milenaria que se construye con los sufrimientos, con las emociones,
pensamientos y con grandes ideales, manteniendo en continua lucha
por la supremacía del bien.
 
Nuestra cultura se construye mediante el idioma oral en una vigorosa
fuente sonora de la mente.
 
La fuente sonora permite al oído expresar el idioma oral como una fuente que escucha el silencio, lenguaje de nuestro pensamiento interior e ulterior, descubre el fruto de sus entrañas.
 
Nuestra madre con su gesto en su rostro pacientemente construye en
nuestras mentes un devenir y un mundo feliz, que alimenta día con día
nuestro espíritu.
 
Con nuestros idiomas orales construiremos bellos hogares donde aniden los sueños de equidad y reconocimientos de nuestros pueblos.
 
La lengua se vitaliza con el cultivo diario de los valores espirituales en una
cosmovisión cuyo límite es el valor de la diversidad entre la humanidad
misma del hombre.
 
Una lengua se robustece en la medida que cada uno y una de los
miembros de la comunidad le brinde el respeto y un hogar en sus
corazones y el espíritu del pueblo se fortalecerá aún mayor.
 
El idioma muere cuando el bosque muere, porque terminas de leer los
elementos del medio ambiente que lo constituye. Así poco a poco vamos muriendo y caemos al abismo sin fin.
 
El idioma muere cuando el pez ya no existe y su casa los ríos están
contaminados.
 
El idioma muere cuando los pájaros se olvidan de cantar. Porque ya los
árboles no existen.
 
El idioma muere cuando las abejas ya no pueden construir sus colmenas.
Porque desaparecieron las flores. Y huele a nauseabundo el porvenir.
 
Se muere el idioma cuando los niños mueren en medio de la pobreza y en medio de la abundancia.
 
Pero el espíritu nunca muere, solo se deteriora producto de nuestros actos.
 
Así muere el amor de nuestra propia existencia y no le digas a nadie, ¿el
por qué?
 
 
 

 
Poema el hermano bosque
 
“No se necesitan ni credos ni templos para conectarse con lo divino.
Tenemos la tierra, las montañas, el agua, los árboles, las siembras, el viento, las cascadas, los ríos, lagunas, animales, pájaros, el sol, las estrellas. En cada uno de esos elementos se manifiesta lo sagrado y eso es porque cada intensión de amor que eleves en todo momento para apreciar lo bello esa energía positiva se une al universo y desde lo alto crea luz.
Esa es la infinita conexión sagrada la de ser humano con la Madre Tierra parte de la grandeza del Universo…”
 
Nuestros abuelos y abuelas, los hombres de maíz vieron maravillas por siempre donde la luna y el sol alternaban su oficio.
 
Siempre danzaron al reflejo de la luna y con los destellos de las estrellas.
 
Cuántas veces vieron esconderse la luna detrás del río, en aquella montaña su brillo se reflejaba ardorosamente en las lagunas. Pero hoy está opacada, el bosque no existe por eso ya no le canta y no la cubre del frío, Los bosques han muerto, han desaparecido, los devoraron los sapientes.

El hombre se trunca y labra aceleradamente sus destinos. No se acuerda heredar un arbolito a sus generaciones, por doquier solo se escucha su llanto, porque el monstruo de las sierras los ha silenciado para el olvido.
Todos los hermanitos del bosque y las aves ya se fueron de sus nidos y ya no trinan, no silban menos cantarán, porque ya todos los mutilamos con nuestras excelentes tecnologías.
Del viento en otrora se divertía con las hojas, ya no se escucha su canto y el susurro melodioso que nos encantaba escuchar.

Los monocultivos de la piña, el banano y los cultivos extensivos de la palma africana, grandes extensiones de gramináceos zacates sembrados en los lugares sensibles que solo sirve para desarrollar la silvicultura, nos han arruinado el tesoro que mana la vida, y siguen talando nuestras esperanzas, ya no hay montes donde esconderse, huele a muerte y destrucción, desangran nuestra Madre Tierra un daño ecológico sin reparación.
Pero impera el monstruo de la codicia y del materialismo.
 
Por eso se ha escondido la luna de tanta vergüenza, se muta en el silencio con una enorme tristeza, ve morir poco a poco a la Madre Tierra junto con los inquilinos.

Por eso hoy la luna ya no se mira reflejada con tanta alegría en la laguna.
Toda la vida se desvanece en el monte y un silencio sepulcral nos acompaña nuestra desierta existencia, ya no hay alma ni vida.

¡Nos aceleramos en producir en exceso lo material y con el desmonte de lo poco que nos queda continúa paralela la contaminación! Busquemos algunas migajas de conciencia y recordemos que tenemos que cuidar nuestra Madre tierra, porque ya no hay más.
Nos hemos desconectado del oxígeno porque el mundo ya no respira, hermanos escuchemos el silencio de la luna y los demás elementos, porque ya nos fuimos por el camino de la desaparición.

Pido al viento que lleve esta semilla de pensamiento en verso, para que florezca en las más profundas entrañas de las razones y de los sentimientos, para volver a ver el sotacaballo verde y hermoso cuidando celosamente a los ríos por doquier, el gigante y frondoso higuerón dando de comer con sus frutos a los pájaros, el ceibón, la corteza florida, el guayacán, el gran espabel, que no exista ese desamor con los hermanos mayores que son los bosques  y nazca vigorosa la esperanza en nuestras conciencias, el amor por  los bosques que ya pocos nos quedan en la cordillera de Talamanca y en algunos parques nacionales, nada cuesta, sueño con un mundo verde y florido para nuestras generaciones humana.
 

 

CURADURÍA: YORDAN ARROYO (COSTA RICA)

Severiano Fernández Torres: Nació en 1955.  Es poeta cabécar-bribri.  Dentro de sus publicaciones se encuentran:  Breve reseña histórica de los pueblos y territorios indígenas de Costa Rica coautor.  Edición 1998. Elaboración de Textos en el idioma indígena Cabécar. Elaboración de Cartillas en el idioma indígena Bribri.  Investigador sobre la Cosmovisión Cabécar. Sibö y la Administración de sus Semillas, autor, Edición 1998. Mitología Bribri Cabécar, autor. Edición 1998. Revista Batsú de ANAI en Talamanca, 1990. Coautor, Historias Cabécares Vol. 1 y 2. Editorial Universidad de Costa Rica, coautor.   Edición 1989. Colaboración del título Tkabí para el libro IV grado de Farben. Textos bilingües “Sa Ñayuwö se Siwawa. (Cabécar y español 1,2,3,4,5,6 y 7). Cosmovisión de los Pueblos Indígenas de Costa Rica. 2011. Cosmovisión Bribri-Cabécar Para docentes indígenas de II Ciclos.2014. Revitalización Lingüística y Cultural del Pueblo Cabécar de Ujarrás de Buenos Aires de Puntarenas, Costa Rica, 2016