MOISÉS MAYÁN FERNÁNDEZ | REVISTA AJKÖ KI No 3

MOISÉS MAYÁN FERNÁNDEZ | REVISTA AJKÖ KI No 3

 

 

EL MIEDO DE UN AUTOR ANÓNIMO

 

Yo, que he leído el Lazarillo de Tormes junto al Tormes, sostengo que toda pretensión de anonimato es también una máscara. ¿A qué teme quien renuncia voluntariamente a los aplausos y las loas? ¿Qué esconde quien esconde su nombre de los redentores ojos de la gloria? ¿Alguien es tan ingenuo de creer que hay un hombre, un solo hombre, sin orgullo? El Lazarillo de Tormes, aquejado como pocos de los rigores del hambre, da de comer cada año a ilustres estudiosos. Dos decenas de presuntos autores son llevados y traídos de congreso en congreso como trofeos de cacería. ¿Qué puede la ausencia del autor contra una obra considerada precursora del Quijote? Recuerdo que caminé hasta la Iglesia de Santiago, junto al puente romano de Salamanca. Cerca de las estatuas del Lazarillo y el ciego, un oficial solicitó mi documento de identidad. Algo en mí debió prender sus alarmas. A veces, solo a veces, es mejor llevar un falso nombre a no llevar ninguno.

(Inédito).

 


 

RAPSODIA

 

El animal de mi madre es el caballo de parto. Mi madre trata de salvar la madrugada en el caballo de parto. Como Bolívar en el cruce de los Andes. Con hambre y frío. Mi madre inhala y exhala. Mi madre puja. Mi madre primeriza. Yo primogénito. El caballo de parto, mi madre y yo. (Una rareza biomecánica. Versión contemporánea del centauro). Larguísima es la madrugada insular. Lento, muy lento, el caballo de parto. Las sucesivas coronas del desfiladero, van creciendo corona tras corona. Paso es el paso del caballo de parto en el abismo. (Ya lo iba a decir). En lo alto del caballo de parto la independencia de América es un asunto trivial. La independencia de la poesía es absolutamente prescindible. Mi madre lo hace por mí. Espolea el caballo de parto. Inhala y exhala. Puja. Cuando escucha el llanto, sabe que ha cruzado su propia cordillera.

(En: Caballo de Frisia o campo de piedras hincadas, 2021).

  


 

REFUTACIÓN DE LA REALIDAD

 

Los que opinan que la realidad supera a la más descabellada fantasía no saben lo que dicen. En mi vaso de leche nada un bagre blanco. Los que califican la realidad como teatral y novelera, erraron el cálculo. Un bagre blanco nada en mi vaso de leche. Por el atajo equivocado se mandan los que esgrimen el mágico carácter de la realidad. En mi vaso de leche un bagre blanco nada. Quienes apuntan a la realidad como madre de todos los entuertos, ficciones y entropías, son unos papanatas. Nada un bagre blanco en mi vaso de leche. La realidad es plana y previsible como un periódico. En mi vaso blanco nada un bagre de leche. La realidad es atea y metódica como un libro de marxismo. En mi vaso, la leche y el bagre comparten su blanco sonido. Ambos se disuelven en las termas de la boca. Los que esgrimen que nada es más inverosímil que la propia realidad, no tienen ni puñetera idea.

(Inédito)

 


 

POEMA BONITO

 

Dices qué bonito tu poema y se me hace agua la boca. En mi leyenda de códigos, bonito se conecta (maquinalmente) con pez. Bonito. Pez fusiforme y robusto. Dos aletas dorsales. Lomo azul marino. Flanco y vientre plateados. De cuatro a seis líneas longitudinales oscuras. Dices qué bonito tu poema y pienso en la roja carne del pescado. En la cebolla, el jengibre, el ajo. El caldo humeante y oloroso. Qué bonito tu poema equivale a qué salmón tu poema. Qué jurel tu poema. Qué poema tan atún. Los que han probado el bonito juzgan la frase como elogio mayor. Qué bonito tu poema. No lo puedo evitar, se me hace agua la boca.

(En: El último lector de Marx, 2020).

 


 

DE LOS OFICIOS

 

Si volviera a nacer, bajo ninguna circunstancia, sería poeta. Si volviera a nacer cien veces más, me gustaría probar cien oficios diferentes. Excepto el oficio de poeta. Palafrenero estaría bien. Tratar con animales es (vaya paradoja) causa más humana que tratar con los humanos. Deshollinador, no sería una opción desacertada. La belleza de la palabra chimenea es sobrecogedora. Los poetas intentan limpiar las chimeneas del país, pero la poesía no puede remover el hollín de la historia. Ante el borboteo de mis calderas interiores, digo chimenea. La palabra chimenea posee un efecto purificador. Pero la palabra suele derivar en el poema, así que reemplazo la imagen. Barbero del rey Midas, guardián entre el centeno, sastrecillo valiente. Cualquier oficio, excepto el oficio de poeta. Nada hay más adictivo que la palabra, la palabra, la irrenunciable palabra.

(En: El último lector de Marx, 2020).

 


 

Moisés Mayán Fernández (Holguín, Cuba, 1983): poeta, narrador y editor. Egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso (2003). Entre los premios de poesía obtenidos se encuentran: Premio Ciudad del Che (2007 y 2013), Premio Gastón Baquero (2010), Premio X Juegos Florales, Matanzas, (2011), Premio De la Ciudad de Holguín (2012), Premio Mangle Rojo, (2017), Premio Calendario (2018), Premio Regino E. Boti (2008 y 2018), Premio Manuel Navarro Luna (2018), Premio José Jacinto Milanés (2018), Premio La Gaceta de Cuba (2019), Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara (2019), Premio Fundación de la Ciudad de Nueva Gerona, (2019) Premio Rolando Escardó (2020), Premio Hermanos Loynaz (2020), Premio  Paco Mir (2021) y Gran Premio Silvestre de Balboa (2022). Tiene publicados los libros de poesía Fábula del cazador tardío (La Luz, 2007), El monte de los transfigurados (El Mar y la Montaña, 2009), Cuando septiembre acabe (La Luz, 2010), El cielo intemporal (Ediciones Holguín, 2013), Raíz de yerba mate (Cuadernos Papiro, 2015), Estética de la derrota (Áncoras, 2017), El factor discriminante (Casa Editora Abril, 2019), Mentalidad de enjambre (Ediciones Matanzas, 2019), Carga al machete (El Mar y la Montaña, 2019, Premio de la Crítica, 2020), El último lector de Marx (Editorial Capiro, 2021), y Caballo de Frisia (Ediciones Loynaz, 2021). Muestras de su obra aparecen en numerosas antologías en Cuba y en el extranjero. Es miembro de la Unión Nacional de Artistas de Cuba (Uneac).

 

CURADURÍA: Yordan Arroyo (Costa Rica).