GIOVANNA BENEDETTI | REVISTA AJKÖ KI No 3

GIOVANNA BENEDETTI | REVISTA AJKÖ KI No 3

 

 

MÚSICA PARA LAS FIERAS (POEMA EN QUINCE CANTOS)

–FRAGMENTOS-

 

Dichoso es el destino de la vestal sin culpas

Olvidada por el mundo del que ella se olvidó

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos

Cada ruego ya cumplido, cada deseo ya perdido.

 

Alexander Pope: Para Abelardo de Eloisa

 

I

 

De estas épocas apenas reveladas

se dirá que no había acuerdo entre nosotros, los insomnes.

Que cada quien vivía el pronóstico del día sobre la víspera;

que pasábamos de la noche al cuerpo, sin ser vistos;

que nos ganaba la costumbre de esperar la lejanía

y que flotábamos como objetos no asidos a la tierra

con el eterno resplandor de una mente sin recuerdos.

 

 

Se creerá que simulábamos fantásticas criaturas 

navegando por imágenes de estuarios y ballenas.

Que propiciábamos demonios

que nos hacían perder el sueño

dando ascenso a las tertulias vagabundas de la aurora. 

Y que no obstante despertábamos, de pie e hipnotizados

sin que nadie nos diera palmaditas en la frente;

recortando calendarios, papeles y fotografías

para poder saciar la sed que daba de beber

a nuestras lágrimas.

 

II

 

Pensarán que inventábamos países de juguetería

calcando en relieve mapas de territorios prohibidos.

Que redondeábamos los riscos de coral, los farallones

con crípticas arboladuras, por imposibles dominios.

Y se nos hará lucir las galas de los amantes vencidos

acusados de una suerte de incoherencia delictiva:

de hacernos guiños falsos en la paradoja del olvido

atrapando las caricias subitáneas del desvelo

que se caen de su estatura

y no se quiebran.

 

Y se hablará

de encantamientos: que hubo pacto, maleficio.

Que traíamos ya indispuestas las líneas de las manos

y una cartilla de deudas en expansión perpetua.

Que nos habíamos hecho prófugos

de nuestras pobres narrativas

fermentando como espuma la fatiga de los vientos.

Y que atrapados como estábamos

entre el río y su turbulencia

discurríamos hacia arriba, alrededor, sin punto fijo:

(como esas necias crónicas viajeras del paisaje

que se acercan por detrás huyendo de los riesgos).

(En: Música para las fieras, 2017).

 


  

CUANDO VENGA COLÓN A DESCUBRIRNOS

 

 

Ayer será lo que ha sido hoy mañana 

Günter Grass

Hoy

me siento a caminar

      el fin de siglo

todo lleno de invasiones

encuentros

y quintos centenarios

—y de golpe me pregunto:

¿Vendrá en verdad

Colón a descubrirnos?

¿O serán los vikingos

 quienes primero lleguen?

¿O quizás

nos enviarán los irlandeses

(los Tuatha de Danaan)

al santo Borondón

y al mismo Ossián

desde sus islas Shetland?

(¿Y la hechicera Fand

les acompañará en el viaje?)

 

¿O serán los nestorianos

cristianos sectaristas

quienes lleguen primero

con el Preste Juan?

¿O qué tal  si nos descubren

los fenicios o los chinos

o las diez tribus

perdidas de Israel?

¿O habrán de ser (a lo mejor)

los caballeros del Temple

quienes saldrán de Normandía

a buscar aquí el perdido Grial?

 

Todo tiempo es ahora. Cualquier lugar es éste.

O como ha dicho en un poema Borges:

“El presente está solo.

La memoria erige el tiempo.

Sucesión y engaño es la rutina del reloj.

 

Lo cierto es que Filolao

y los Pitagóricos cosmógrafos

creían en la existencia

de una “contra tierra”.

Y yo me digo:

¿Estaremos aquí viviendo en ella?

¿Será esta última isla

como dice Heródoto

el país allende

las columnas de Heracles

el hogar de la tétrica región

de las cosas que ya no son?

¿O seremos, acaso,

la Atlántida fabulosa

de la que hablaba Platón

y nos hundiremos

en el cataclismo

antes

de que nos descubran?

 

En los Vedas está dicho

que esto aquí es el Pâtâla:

las antípodas de Lanka.

Cuentan los Purânas

que queda allí Pushkara,

y que en su ombligo

está el Meru,

la mansión

montaña/abismo

de los Inmortales.

 

¿Habrá entonces

de venir a estos submundos

Arjuna

príncipe del Mahâbarata

y no por aire ni por mar

sino las entrañas

atravesando la esfera bajo tierra

por los caminos serpentinos

de las nagas y los devas?

 

Y cuando llegue aquí

el sublime interlocutor de Krishna

¿casará —como está escrito—

con la hermosísima Ulupi

doncella

hija del Nargal los Olmecas?

 

Hoy

me siento a caminar

el fin de siglo

y me imagino

que no viene Colón

a descubrirnos…

¿qué dirá de sí mismo

el esotérico almirante

y qué habrá de la famosa

profecía de Medea?

 

Si Colón

no viene

a descubrirnos…

¿qué será de la cristiana España?

¿qué harán los celtibéricos reinos

de sus majestades católicas?

¿adónde irán los navegantes

de Isabel y de Fernando

cuando se embarquen

en sus carabelas?

¿Descubrirán tal vez Australia?

¿Cristianizarán toda la China

y el Celeste Imperio?

¿Rescatarán por fin la Tierra Santa?

 

Y aquí, entre nosotros:

¿qué será si no viene Colón

            a descubrirnos?

 

Aquí

entre nosotros

arde el agua seca

y humea el espejo rojo

del Tezcatlipoca.

Aquí entre nosotros

vive Amaru

la eterna serpiente

del movimiento inmóvil,

y como tiene dos cabezas

nadie sabe en realidad

 si viene o va.

 

Cuando venga Colón a descubrirnos

(si es que no llegan antes los vikingos)

y descubramos entonces

que el almirante y sus cristianos..

¡han llegado a Catay!

Yo volveré

a sentarme

a caminar el fin de siglo…

todo lleno de invasiones

encuentros

y quintos centenarios.

(En: Entonces, ahora y luego, 1992).

 


 

GÉNESIS DE ABYA YALA

  

El nombre de América, aplicado a nuestro

continente es reciente… En el idioma de la nación Dule,

se le conoce y se le seguirá conociendo por su

verdadero nombre: Abya Yala.

 

Arysteides Turpana

Madre y padre piedra: continente.

Hermano del silencio, hijo del río.

Compañero de sombra, escucha:

en el principio era el mar

oye lo que te digo.

Entonces fue la noche y vino el verbo

y hablaron en sus sueños las palabras: 

¡Sea esta tierra dulce

            como la piel de caña! 

Y fue Abya Yala la de la vulva de agua 
y volcanes como pechos

(primer día).

 

Creció Abya Yala inmensa

desde su árbol florido. 
El sol volcó su espuma

y engendró entre sus playas 
muchedumbres de orquídeas.

Y fue su concha viva/viva fuente 

ombligo primigenio
y hubo luna menguante

(día segundo). 

 

Y dijo el Huracán: 
¡Reviente el firmamento

y haya tormenta 
y caiga el aguacero

y hierva el continente 

de lagartos

de iguanas

y de grillos 
y sean sus bestias

tantas como estrellas!

 

Y así fue. 
Cayó la lluvia a flechas

sobre las sementeras
y zumbaron en las miasmas

las libélulas

las ranas

los zancudos.
Y hubo

en los cardinales trópicos y nieves

y desiertos y pampas y arco iris

     (día tercero). 

 

¡Hágase el jaguar

  —dijo la luz— 
y se hicieron las selvas. 

¡Sea el relámpago

la lengua de los valles! 
y surgió la anaconda como un río. 

¡Vuele hacia

el amanecer el cóndor

y sean sus alas nubes! 

Y alzáronse los Andes

hasta el cielo. 

¡Vénganos un dios! 

 —gritó la sangre—

y fue el pájaro quetzal

libre y altivo.

Y hubo en los altiplanos

pedernal de fuego nuevo 
y serpientes emplumadas

(cuarto día).

 

El Corazón de la Montaña

habló sobre las serranías:

¡Que sea el maíz

el polvo de mi carne 
que broten de su espiga

 los murmullos 
y de sus granos

 el hueso y la simiente!

Y conmoviéronse los péndulos

en sus callosidades

y salieron los pellejos de las grietas

y hubo en sus alfabetos

sangre coagulada
y fueron sus cenizas

 macho y hembra.

(quinto día).

 

Ciñéronse sus lomos

los hijos del follaje. 
Milenios de cal y canto

guardaron sus madreperlas 
y del hueco de las sombras

hicieron sus paisajes. 

¡No prevalecerá

otro nombre en mi conciencia

ni quedará en tus huellas

piedra sobre piedra! 

Dijeron

en sus ruinas,

las tinieblas.

 

Y fue Abya Yala

territorio enigma.
Término de Oriente

y de Occidente. 
Y quedaron sus arcanos

sellados para siempre

(sexto día).

(En: Entonces, ahora y luego, 1992).

 


 

EL TRUENO PROMETIDO

 

Este enorme continente

es un jaguar dormido.

Un felino

agazapado y ubicuo

que aguarda en cada pie de tierra

su momento.

 

Su mandíbula está tensa:

tiembla embozalada

como lengüeta mordaz

en sus estigmas.

Y sus garras se hunden

en las profundidades

carnales del instinto.

 

Y su espléndida pelambre

manchada de simiente

y sangre cruda

respira

desencadenando soles

de aserrín y de pólvora.

Y su pupila

veteada de huracanes

brilla

y es con cada mirada

toda selva

toda río

toda montaña

toda pampa

páramo y desierto.

 

Es el ojo espectral

del sueño de la fiera viva.

Es el el colmillo

inexorable del relámpago

(el trueno

 prometido).

Es la zarpa acérrima y auténtica

(el fuego de los sacrificios).

La furia inmarcesible

de los inmortales

(la sombra del tiempo conjurado).

Y es el vientre épico/telúrico

de la hermosa bestia antigua:

procaz, indómita y bravía.

(En: Entonces, ahora y luego, 1992).

 


 

PABELLÓN DE LA ROSA

A rose is a rose is a rose is a rose…

Gertrude Stein

 

Detrás de todo resplandor está la rosa.

En una sombra fugaz, también lo está.

Moviéndose silenciosa, en la nostalgia, está la rosa,

y está en el fondo del mar y en las promesas.

 

Hay una rosa invisible dando la vuelta al viento

y una rosa atrevida por cada robo de un beso.

Hay una rosa desnuda, en la noche, bailando

y una nube de rosas cuando cae el aguacero.

 

Rosas hay que son santuarios de sombras peregrinas.

Rosas hay que abren sus párpados en lo infinito de un sueño.

Rosas ha de haber eternas bajo un balcón que espera

y no han de faltar rosas a aquellos que nos dejan.

 

Una rosa es ya cristal si la traen los recuerdos

pero es rosa primordial si se la pinta al lienzo.

Y es que el arte, en su mensura, es una fuerza de rosas

y no hay rosa imposible cuando se escribe un poema.

 

Hay rosas impasibles, tutelares, lisonjeras

(O rosas abismales, como esa de la guerra).

Hay  rosas que son números, y rosas que son letras

porque la rosa es la rosa… es la rosa… es la rosa.

 

(En: Entrada abierta a la mansión cerrada, 2006).

 


 

Giovanna Benedetti: panameña. Doctora en Derecho y en Ciencias Políticas. Poeta, cuentista, dramaturga y ensayista, ha ganado en seis ocasiones el Premio Nacional de Literatura “Ricardo Miró” de Panamá –el más importante de su país–, el Premio Internacional de Periodismo José Martí de Cuba, el premio Mihai Eminescu de Rumanía y el Premio Latinoamericano de Ensayo Histórico de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, Colombia. Es miembro de la Academia Panameña de la Lengua y fue directora general del Archivo Nacional de Panamá. Trabajó, por muchos años, como experta internacional en Derecho de Autor para la UNESCO, y como consultora del Centro Regional para el Fomento del Libro de América Latina y el Caribe (CERLALC), Colombia.  Su obra ha sido traducida parcial o totalmente a once idiomas. Es también pintora, escultora y ceramista, y vive desde hace más de una década en San Lorenzo de El Escorial, Madrid, España.

 

CURADURÍA: Sean Salas (Costa Rica).