DANA GIOIA | AJKÖ KI No 2

DANA GIOIA | AJKÖ KI No 2

 

 

 

Cuídate de las cosas duplicadas

Cuídate de las cosas duplicadas:
un juego de cuchillos, mancuernillas,
los dados, un par de reinas, los ojos
de alguien sentado muy cerca de ti.
Cuida el minuto vacío en la tarde
cuando mires el reloj. Puedes ver
sus manecillas en la misma hora
que notaste en el café matutino.
Es la oportunidad para cuidarse,
el momento en que lo familiar
o cercano bien puede traicionarte:
un gemelo, un eco, otra llave,
tu imagen reflejada en el espejo.

 



Ahora se acomodan los astros

Ahora se acomodan los astros sobre ti
pero no valdrá de nada. Esta noche,
sólo por esta noche, sus poderes decaen
y tú debes mirar a la tierra. No habrá
ni cometas ni estrellas que apunten
hacia donde sabes que debes ir.

Busca signos más pequeños, la suave
alteración de lo dispuesto cuando
los ritmos de lo que esperas se rompen
y en la pausa de un momento, tras lo
ordinario, otro mundo se revela.

Un mínimo detalle fuera de lugar será
suficiente: un anillo perdido,
un aliento, una huella o una brisa repentina,
una hendija de luz bajo una puerta oscura.

 



Interrogatorios al mediodía

Al ser mediodía escucho su voz,
calmada y persistente en mi cabeza.
Es del hombre mejor que pude ser,
el cronista de una existencia que nunca tuve.

No comprende cuál fue el error macabro
que me dio la vida e impidió la suya.
Ve con pesar a su rebelde hermano
y no le importa mostrar su desprecio.

«¿Quién es este que ahora finges ser?,
¿el santo fracasado, el rival aburrido,
el pálido experto del deseo agotado,
el tímido ermitaño que espía tras la puerta?

Siembras la confusión como una rosa
en húmedas farsas que al fin son ciertas
e interpretas los extras del desfile
-extravagante y vacío- que tú eres».

 


 

El ángel de ala rota

Soy el ángel de ala rota,
la gran estatua en esta habitación cerrada.
El personal pensó que era temible y puso
el fervor de la fe en esta tumba helada.

Los guías del museo alaban mi diseño
por encima del bullicio de la galería.
A lo mejor soy una suerte de obra maestra,
el emblema perfecto de la fruslería.

Mendoza me esculpió en una iglesia de campo.
(Exceptuándome a mí, todos lo han olvidado.)
Estaba junto a un altar de oro en el que ofrecían
sus miserias a Dios los desesperanzados.

En la revolución me rompí el ala izquierda
(también un santo puede disfrutar la ironía)
cuando las tropas vinieron a destruir la capilla.
Como disculpa apenas si me estropearían.

Es que hasta los impíos sienten algo en un templo:
¿será esperanza, miedo? ¿Quién sabe lo que es?
Un temblor que sus leyes no tienen contemplado,
un antiguo recuerdo que no pueden deshacer.

¡Hay tantas cosas que debo decirle a Dios!
No lo alcanza el aullido de este condenado.
Me quedo como un muerto clavado en una percha,
un santo paralítico contra un cielo pintado.

 

Plegaria en el solsticio de verano

Bienaventurado el camino que nos mantiene vagando.
Bienaventurada la montaña que nos bloquea el paso.

Bienaventuradas el hambre y la sed, la soledad y el deseo.
Bienaventurado el trabajo que nos consume sin fin.

Bienaventuradas la noche y la oscuridad que nos ciega.
Bienaventurado el frío que nos enseña a sentir.

Bienaventurado el gato, el grillo y el cuervo.
Bienaventurado el halcón que devora a la liebre.

Bienaventurado el santo y el pecador, redimidos entre sí.
Bienaventurados los muertos, apacibles en su perfección.

Bienaventurado el dolor que nos humilla.
Bienaventurada la distancia que impide nuestra alegría.

Bienaventurado el día breve que nos hace anhelar la luz.
Bienaventurado el amor que descubrimos al perderlo.

 

 


 

 Dana Gioia:  De ascendencia ítalo-mexicana. Nació en California en 1950. Fue vicepresidente de General Food. Fue presidente de la National Endowment for the Arts (NEA, 2003-2009), período en el que logró crear el certamen nacional Poetry Out Loud. Entre otros premios y merecimientos, que incluyen once doctorados honoris causa, ha recibido el American Book Award (2001), el John Ciardi Award for Lifetime Achievement in Poetry (2005) y el Aiken Taylor Award for Modern American Poetry (2014). Ha publicado cinco poemarios. El más reciente fue su antología persona 99 poema: New y selectrd (2016), que le valió el Poets`Prize (2018). Asimismo, ha publicado cuatro volúmenes de ensayos, tres libretos para ópera, ha traducido a Eugenio Montale y a Séneca y colaborado como editor en más de quince compilaciones de poesía y narrativa. Fue post laureate de California (2015-2019). Se desempeña como Judge Widney Professor de Poesía y Cultura Pública en la University Of Southern California. Reside y divide su tiempo entre Los Ángeles y Sonoma.  

 

SOBRE EL TRADUCTOR:

Gustavo Solórzano Alfaro: Escritor costarricense nacido en Alajuela en 1975. Autor, entre otros libros, de Nadie que esté feliz escribe (Santiafo de Chile: Nadar Ediciones, 2017) y La oscuridad intacta (edición y traducción de poemas escogidos de Dana Gioia, España: Pretextos, 2020). Recientemente, coeditó el volumen 21 sobre 21 21. Literaturas costarricenses del nuevo siglo: ensayos (San José: ECR, 2021). Vive en su ciudad natal con Elsa y César.

 

CURADURÍA: Sean Salas (Costa Rica)