07 IVONNE GORDON | AJKÖ KI No 1

07 IVONNE GORDON | AJKÖ KI No 1

 
Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
                                                                                                                                                            
María Zambrano
 
 
La cereza prismática de Eunice Odio
 
 
Cuando contemplo el cielo abrumado de olvido,
Eunice Odio salta como un surtidor de las arterias,
y la espero para que me llame en oscuras, entre
las hojas de otoño que dan vuelta en las entrañas,
que huyen solas en ese inacabable silencio.
 
Lloro el llanto de los poetas al descubrir su dialecto oscuro
en una época que las mujeres callaban, murmuraban en frases silentes
delante de las señales de luz. Callaban los aullidos de su cuerpo. Resistían
hacer el amor fuera de los horarios acostumbrados.
Callaban.
Cuando una mujer ama al filo de un cuchillo eclipsado,
cuando una mujer escribe versos sobre un mar negro,
la hacen callar. La inclemencia de los otros fueron disparos
brutales en su mundo de sensaciones. Mucho puede acontecer,
pero las mujeres callan.
Callan.
Callan cuando el primer gesto hace vibrar las larvas moribundas de la memoria.
 
El espejo de Eunice Odio se quebró en un momento, la pasión
saltó de sus versos para ametrallar a los que no concebían
el amor a trechos, se levantó las faldas para abrazar la tarde de los brazos
de los que no sabían hablar de cosas inacabadas.
No concebían.
No conciben.
 
El mundo falso le dio dentelladas en su carne. Pero ella, se colocó ríos
en su sangre, y con el corsario desnudo en el cráter de la muerte,
sus labios de cereza hicieron vibrar los festines en la cama,
se paseó por lugares desconocidos en el razonamiento de la carne, e hizo
del nombre del amado una interrogación inconclusa,
donde se confunde hasta el ocaso en el infundio de su sonrisa.
La miserable ausencia hizo de sus pechos exhaustos y vientre vertiginoso
parar de brindar tanto amor a secas y dejar de acariciar al animal pequeño,
doliente y transitivo que vivía en sus adentros.
 
Imagino su dolor y su irreverencia acostarse con el vientre
liso al lado de una gota de sangre que cae de un solo
golpe, imagino los trancazos que sufrió por urdir
rosarios diferentes y tristes, imagino incluso, cómo se enredaba
en su garganta el nudo de su incontenible inquietud.
Hay días que nos miramos con certeza en la profundidad
del exilio y entendemos lo que es la primera palabra, lo que es un cielo
extenuado, una flor de geranio ya marchita.
Entendemos lo que es el exilio de una casa deshabitada.
Entendemos.
 
Los llantos y el amor se unen en el hambre oportuna,
y nos encontramos entre tus poemas con caminos llenos de agua
para saciar la sed de los mortales que no pudieron ver en tus ojos
la grandeza de tus fervores en las letras. Ahora, regreso
a ti Eunice para morder los geranios, y lanzar un grito
en ese inacabable silencio que es tu poesía de arterias,
de voz, y aquí te espero para que me llames en oscuras
en ese surtidor secreto lleno de pasiones, de lumbre de cerro,
de fogosidades labradas en abismos, y finalmente,
desde tu tumba me despiertas plácidamente al borde de tu muerte.
 
 
De Antología Homenaje a Eunice Odio, 2019
 

 
Tiempo de silencio
 
 
Llueve dulcemente, cada gota de lluvia es un leve cosquilleo
en los huesos del momento. Los sombras retumban
y la aldaba recoge ecos silentes, la imagen despierta a los vecinos
que esconden su sombra detrás de las puertas envejecidas.
Los pasadizos roncos del aliento bordean la ausencia del deseo,
la noche se ata y cuelga del techo,
llueve gotas de seda sobre las gorras,
me aventuro a un lugar no cincelado, vuelco la niebla en el suelo
mientras el golpe del granizo cae en las veredas del suspiro.
Así es la estación golpeada de lluvia, así es lo indescifrable, lo escondido,
así es el secreto que vive en total delirio, vuela y espera.
Así es la memoria un ejercicio inefable.
La presencia del humo en las cenizas es tiempo de silencio,
frágil memoria del cuerpo en el celo del mediodía.
Tiempo de silencio, de memoria, un silencio ondulado, un silencio,
donde resbalan valles y ecos
y que inclina la ternura y la inclemencia en el desatino
del polvo y en el alquiler de la desolación .
 

 
Imaginario
 
 
Cada noche dejamos de ser
para persistir
en el vacío invisible
 
cada viaje
 
nos acerca a la muerte:
 
el árbol milenario de ceiba
devuelve el abrazo inmenso
aguarda la emboscada perenne
 
aguarda
espera
mientras el cardenal vuela a mi encuentro
 
desencanta cada sombra
que florece
 
aguarda
espera
 
en las esquinas de mi memoria
desarmo el amor
 
aguarda
espera
 
y nos enterramos en un tronco de árbol
para ser orquídea de sueños
que no existen.
 
En los valles, en las aceras
nos dejan con ojeras
nuestros pasos
 
las sombras de todo desencanto
desaparecen
en las cuencas de los ríos
 y nos dejan desnudos
fugitivos
a la espera de la intemperie
buscando el tiempo en la sombra de un árbol
que se vuelve pájaro
que se vuelve mano
que se vuelve escalera
para subir la cuenca del río
 
y soplar el sofisma ciego
de un mañana sin interrupción.
 
 
El tórax de tus ojos, 2018
 

 
Ante los ojos
 
 
Las estrellas habitan
la cartografía de los jardines.
 
El relámpago huye de la carne
y los ecos son una granada pretendiente.
 
No hay nada más dulce
ni más amargo que la memoria del presente.
 
La desnudez de las diosas revela
la migración interminable.
 
Cada piedra es una palpitación.
Cada ausencia puebla la geología de los nombres
 
Sus cuerpos están llenos de orgías de higueras.
 
Cada desplazamiento es un recuerdo de la carne
del paraíso, de ternuras y de anhelos.
 
Cómo decir adiós a las geografías de los pies antiguos?
Cómo decir adiós a las geografías en acuarela?
 
Ascienden por las escaleras
de la tierra, del cielo, y del mar.
 
La niebla cubre su sangre
están llenas de regresos y de amores.
 
Todo es invisible
los astros no quieren ver su luz.
 
Desnudas bajo sus hombros
palpan el agua de las orillas.
 
y dominan el abecedario de la nuez.
 

 
La fuga en el jardín
 
 
La memoria es igual que la embriaguez.
 
Teseo recibió una orden del destino
y los súbitos vientos le llevaron a Ariadna.
 
La diosa de las serpientes y del deseo
esperaba con paciencia los mensajes
 
de Teseo, sentía en el corazón y en las sienes
el temblor de un chopo de agua en la orilla.
 
Mientras las palomas hacían el amor
ella sintió en su carne el fuego ignoto por Teseo.
 
Por las noches paseaban por las esquinas
de un amor indócil, su cuerpo estallaba
 
como el brío de un caballo negro en la noche
perdido en la pólvora de las constelaciones. 
 
 
Diosas prestadas, 2019

 


CURADURÍA: SEAN SALAS (COSTA RICA)

Ivonne Gordon Carrera Andrade: Ivonne Gordon Carrera Andrade (Quito, Ecuador). https://ivonnegordon.com/ Realizó su tesis doctoral sobre: La femineidad como máscara. Un estudio de la obra poética de Gabriela Mistral.

Es poeta, crítica literaria, traductora, ensayista. Profesora Titular de literatura latinoamericana en la U. de Redlands, EEUU. Entre los galardones el más reciente, el Premio Poeta en Nueva York, Ediciones Valparaíso, USA; Premio Internacional de Poesía Hespérides; Premio de poesía, Jorge Carrera; finalista del Premio Internacional de poesía Francisco de Aldana; finalista Andrés Bello; Mención de Honor Premio Internacional de Poesía Academia Oriente-Occidente, Rumania; finalista del Premio Extraordinario Casa de las Américas. Ha publicado más de una decena de libros, Nuestrario (México, 1987); Bajo nuestra piel (México, 1989); Colibriíes en el exilio (Ecuador, 1997); Manzanilla del insomnio (Ecuador, 2002); Barro blasfemo (España, 2009); Meditar de sirenas (Suecia, 2013, 3era Ed. Chile, 2019); Danza inoportuna (Ecuador, 2016); Ocurrencias del porvenir (Argentina, 2018); El tórax de tus ojos (España, 2018); Diosas prestadas (España, 2019); Casa de Agua (Estados Unidos, por salir, 2021). Ha publicado numerosos artículos académicos sobre literatura latinoamericana de divulgación internacional.

Su poesía está grabada en la Biblioteca del Congreso en Estados Unidos. Conferencista magistral en varias universidades de EEUU. Ha sido invitada a los más importantes festivales de poesía internacionales, su poesía consta en más de cuarenta antologías internacionales. Ha sido traducida al inglés, rumano, griego y polaco. Su obra es estudiada por destacados académicos en universidades de EEUU y Ecuador.